sábado, 25 de abril de 2015

MI RELATO

TENEMOS LAS MISMAS CAPACIDADES

Hola, me llamo Beatriz voy a 6º de primaria y tengo 3 hermanos. La verdad es que tengo una clase bastante burlona y al volver de las vacaciones de Navidad vino una niña nueva. La niña era minusválida con pelo largo pelirroja se llamaba Sandra, era muy guapa. Era un lunes en el que estábamos en matemáticas, y observé que cada vez que la profe se daba la vuelta, Pablo y Fernando insultaban a Sandra que estaba marginada en un pupitre.
- Hola pelo zanahoria- ella no respondió solo pidió ir al baño para ir a llorar. A mí me daba mucha pena verla tan triste. Yo sentía algo en mi cuerpo que me decía: ve con ella. Pero lo cierto es que yo soy muy tímida y me daba miedo que mis compañeras se enfadaran con migo, porque ellas decían:
-Mirad la niña nueva que gafas tan feas lleva, y que pelo... Aunque yo no estaba de acuerdo les seguía la corriente.
Martes
Estábamos todos impacientes por que llegara el recreo cuando de repente ¡RRRIIIINNNNNNNNNNNNNN! Sonó la campana. Salimos todos corriendo como locos menos... Sandra que iba muy poco a poco y luego se escondía en un rincón del patio. Las demás saltábamos a la comba o jugábamos a un escondite...
Miércoles    
Tocaba educación física mi asignatura favorita aparte de plástica  y el profesor dijo:
-hacer 5 grupos de 4 personas.
Como siempre a la pobre Sandra la marginamos y el profesor la puso con el grupo de los chicos. Cuando regresamos a clase tocaba cono y después inglés y luego recreo. En el recreo me bajé una comba y un pañuelo para jugar. Divisé a Sandra en su rincón y decidí ir a hablar con ella:
- Hola Sandra – le dije
- Hola -respondió
- ¿Te apetece jugar a algo con todas? 
- No, gracias
Para mi desilusión no la convencí pero ya di un paso. Ahora sería mucho más fácil.
Jueves
Di un salto de la cama me vestí, desayuné, me peiné y subí al coche para ir al cole. Entramos en clase y en medio de la clase de Lengua levanté la mano y dije:
- Señorita Rosa, me deja cambiarme de sitio al lado de Sandra, es que tengo el radiador al lado y me estoy asando.
- Si, claro.- me respondió. Cambié todas mis cosas y me fui con ella. Ya eran las doce de la mañana y como siempre salimos al recreo. Esta vez llevé a Sandra yo en la silla de ruedas y sin explicaciones me la llevé a saltar a la comba, todas empezaron a gritarme:
- ¡PERO QUÉ HACES BEA, ESTA NO PUEDE JUGAR CON NOSOTRAS!
Enseguida Sandra salió pitando al baño a llorar por lo que dijeron. Y yo les pregunté:
-¿Hay algo malo en ella?
Ellas me contestaron a coro:
- ¡No queremos personas con defectos!
Ahora sabía perfectamente que el corazón de aquella niña se estaba destrozando. Les quité mi comba inmediatamente y me fui con Sandra corriendo.
Viernes
Era una clase de francés aburrida en la que pensé:
- Tengo que hacer lo que sea para jugar con Sandra.
Tocó la sirena y me bajé al recreo la comba, el pañuelo y mi merienda. Volví a intentar que las demás jugasen con Sandra a la comba pero tampoco funcionó. Lo que hice fue arrancarle a Nerea mi comba de las manos y sin decir ni una palabra me fui con Sandra y jugué con ella a las adivinanzas y a otros juegos.
Lunes
En el recreo oí que María les decía a las de mi clase:
- No se os ocurra acercaros a esas dos palurdas o...pagareis las consecuencias.

Martes
María faltó a clase y aprovechamos para decirles a todas:
- ¿Por qué hacéis caso a esa chica? ¿no os dais cuenta de que lo que quiere es que no la dejéis sola como le pasó a Sandra?                                                                    Las chicas se miraron unas a otras abriendo los ojos como platos y, al fin asintieron con la cabeza.
Miércoles
María como siempre empezó a insultar a Sandra pero esta ni se inmutó, por lo que María se extrañó bastante. Ella se preguntó:
- ¿Por qué no se va al baño a llorar?
Entonces no dijo ni una palabra más. A la salida del recreo todas querían llevar a Sandra en su silla y María gritó:
- ¿Pero qué hacéis?
Entonces fue la ocasión de apretarle las tuercas me acerqué a ella y le dije:
- ¿María, por qué no nos ayudas?
Ella me respondió:
-¿No creerás que voy a ayudar a esa chica?
Yo le dije:
- ¿Bueno si te quieres quedar sola? Todas las de la clase están jugando con Sandra y son amigas suyas y además hoy es su cumple le deberías hacer un regalo. Hemos quedado todas a las cinco en su casa.
Y me fui tan campante entonces el corazón de María se ablandó y nos pidió perdón a todas. Intentamos saltar a la comba con Sandra pero fue inútil, luego después jugamos a: un escondite, una gallinita ciega, y a otros muchos juegos más y la fiesta en casa de Sandra fue la mejor fiesta que hemos tenido nunca.


                                    

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