TENEMOS LAS MISMAS CAPACIDADES
Hola, me llamo
Beatriz voy a 6º de primaria y tengo 3 hermanos. La verdad es que tengo una
clase bastante burlona y al volver de las vacaciones de Navidad vino una niña
nueva. La niña era minusválida con pelo largo pelirroja se llamaba Sandra, era
muy guapa. Era un lunes en el que estábamos en matemáticas, y observé
que cada vez que la profe se daba la vuelta, Pablo y Fernando insultaban a Sandra
que estaba marginada en un pupitre.
- Hola pelo
zanahoria- ella no respondió solo pidió ir al baño para ir a llorar. A mí me
daba mucha pena verla tan triste. Yo sentía algo en mi cuerpo que me decía: ve
con ella. Pero lo cierto es que yo soy muy tímida y me daba miedo que mis
compañeras se enfadaran con migo, porque ellas decían:
-Mirad la niña
nueva que gafas tan feas lleva, y que pelo... Aunque yo no estaba de acuerdo
les seguía la corriente.
Estábamos todos
impacientes por que llegara el recreo cuando de repente ¡RRRIIIINNNNNNNNNNNNNN!
Sonó la campana. Salimos todos corriendo como locos menos... Sandra que iba muy
poco a poco y luego se escondía en un rincón del patio. Las demás saltábamos a
la comba o jugábamos a un escondite...
Miércoles
Tocaba educación
física mi asignatura favorita aparte de plástica y el profesor dijo:
-hacer 5 grupos de
4 personas.
Como siempre a la
pobre Sandra la marginamos y el profesor la puso con el grupo de los chicos.
Cuando regresamos a clase tocaba cono y después inglés y luego recreo. En el
recreo me bajé una comba y un pañuelo para jugar. Divisé a Sandra en su rincón
y decidí ir a hablar con ella:
- Hola Sandra – le
dije
- Hola -respondió
- ¿Te apetece
jugar a algo con todas?
- No, gracias
Para mi desilusión
no la convencí pero ya di un paso. Ahora sería mucho más fácil.
Jueves
Di un salto de la
cama me vestí, desayuné, me peiné y subí al coche para ir al cole. Entramos en
clase y en medio de la clase de Lengua levanté la mano y dije:
- Señorita Rosa,
me deja cambiarme de sitio al lado de Sandra, es que tengo el radiador al lado
y me estoy asando.
- Si, claro.- me respondió.
Cambié todas mis cosas y me fui con ella. Ya eran las doce de la mañana y como
siempre salimos al recreo. Esta vez llevé a Sandra yo en la silla de ruedas y
sin explicaciones me la llevé a saltar a la comba, todas empezaron a gritarme:
- ¡PERO QUÉ HACES
BEA, ESTA NO PUEDE JUGAR CON NOSOTRAS!
Enseguida Sandra
salió pitando al baño a llorar por lo que dijeron. Y yo les pregunté:
-¿Hay algo malo en
ella?
Ellas me
contestaron a coro:
- ¡No queremos
personas con defectos!
Ahora sabía
perfectamente que el corazón de aquella niña se estaba destrozando. Les quité
mi comba inmediatamente y me fui con Sandra corriendo.
Viernes
Era una clase de
francés aburrida en la que pensé:
- Tengo que hacer
lo que sea para jugar con Sandra.
Tocó la sirena y
me bajé al recreo la comba, el pañuelo y mi merienda. Volví a intentar que las
demás jugasen con Sandra a la comba pero tampoco funcionó. Lo que hice fue
arrancarle a Nerea mi comba de las manos y sin decir ni una palabra me fui con
Sandra y jugué con ella a las adivinanzas y a otros juegos.
Lunes
En el recreo oí
que María les decía a las de mi clase:
- No se os ocurra
acercaros a esas dos palurdas o...pagareis las consecuencias.
Martes
María faltó a clase
y aprovechamos para decirles a todas:
- ¿Por qué hacéis
caso a esa chica? ¿no os dais cuenta de que lo que quiere es que no la dejéis
sola como le pasó a Sandra?
Las chicas se miraron unas a otras abriendo los ojos como platos y, al
fin asintieron con la cabeza.
Miércoles
María como siempre
empezó a insultar a Sandra pero esta ni se inmutó, por lo que María se extrañó
bastante. Ella se preguntó:
- ¿Por qué no se
va al baño a llorar?
Entonces no dijo
ni una palabra más. A la salida del recreo todas querían llevar a Sandra en su
silla y María gritó:
- ¿Pero qué hacéis?
Entonces fue la
ocasión de apretarle las tuercas me acerqué a ella y le dije:
- ¿María, por qué
no nos ayudas?
Ella me respondió:
-¿No creerás que
voy a ayudar a esa chica?
Yo le dije:
- ¿Bueno si te
quieres quedar sola? Todas las de la clase están jugando con Sandra y son
amigas suyas y además hoy es su cumple le deberías hacer un regalo. Hemos
quedado todas a las cinco en su casa.
Y me fui tan
campante entonces el corazón de María se ablandó y nos pidió perdón a todas.
Intentamos saltar a la comba con Sandra pero fue inútil, luego después jugamos
a: un escondite, una gallinita ciega, y a otros muchos juegos más y la fiesta
en casa de Sandra fue la mejor fiesta que hemos tenido nunca.
Qué bien redactas Beatriz, cada vez mejor
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