LA SALUD DEL CUERPO NO SE FRAGUA EN EL ESTÓMAGO
-Cuando va al médico mi abuelo, que es muy goloso y además tiene
colesterol, se me figura a Sancho en la aventura de la Ínsula Barataria: el
médico empieza a decirle todo lo que no debe comer y el pobre llega con una
tristeza a casa... Mi abuela lo pone a dieta y lo controla porque si s descuida
un momento... ¡ya está comiendo pan hasta con la fruta! Hace unos días nos
preparó una receta tradicional de su
pueblo que le encanta, que la cual engorda una barbaridad, pero el no le da
importancia y se la come con un gusto... luego se preguntará porque los
pantalones no le abrochan bien de la cintura. También recuerdo hace una semana
o así que mi abuela no estaba en casa y nos confesó que estaba, aprovechando
que ella no estaba para ¡atiborrarse de bocadillos y dulces! Y ¡claro! ¿Cómo
no? Se puso malo, malísimo y tuvimos que ir a urgencias al hospital. Desde
entonces parece que ha tomado conciencia de que comiendo bien se encuentra más
ágil y más delgado y le duelen menos cosas. Mi abuela, gran
lectora del Quijote, le da el mismo consejo que le dio nuestro casellero a
Sancho : “Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua
en la oficina del estómago”. Pero cuando nos cuenta estas historias me parto de
risa.
A mí me encanta este microrrelato.... Ánimo y a colgar los poemas
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